Publicado: lunes, 2 de noviembre de 2015
En Rojo, Suplemento del semanario Claridad
San Juan de Puerto Rico
Celebremos la vida
No conocí mucho a Mirka, pero todos los testimonios que se han dado desde que se supo su muerte, me hacen sentir que perdí la oportunidad de conocer un gran ser humano. Es una pena que el trabajo de gente como Mirka se conozca tan poco en este País, es por eso que hemos dedicado estas páginas a una parte de las expresiones que se han hecho. Es bueno que aquilatemos los esfuerzos y las aportaciones que se hacen por lograr un mundo mejor, más justo, un mundo de paz. Enviamos desde estas páginas una abrazo fuerte y solidario a Blanqui y a toda la familia la de sangre y la extendida.
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Alida Millán Ferrer
Mirka Joan Negroni Belén
El sábado 24 de octubre celebramos la vida de una mujer puertorriqueña que soñó un mundo más justo, respiró y trabajó cada día en esa dirección. El domingo 25 se hizo una ceremonia de siembra en el Bosque de las Mujeres Luchadoras en los terrenos de Playas pa’l Pueblo y allí se le dedicó la Vereda por los Derechos Humanos Mirka Joan Negroni Belén.
Su vida profesional y de activismo la hizo fuera de Puerto Rico, habiendo salido al completar la escuela secundaria a estudiar a la Universidad de Harvard y luego a la Universidad de la Ciudad de Nueva York donde obtuvo el grado de maestría.
Ésta su tierra que amó entrañablemente y que estuvo siempre presente en sus quehaceres es la que menos conoce de su continua contribución por una mejor sociedad.
Deseamos compartir aquí un destello de sus aportes, de su vida, de su compromiso que a tantas personas tocó en los diferentes lugares en que estuvo.
Es una breve galería de fotos, algunos momentos de sus “andares” en textos breves a través de personas significativas que compartieron con ella algunos espacios profesionales y de activismo. Le dedicamos estas “ofrendas” a los altares que tan importantes eran para ella.
Mirka trabajaba como Directora Interpaís de ONUSIDA para Honduras y Nicaragua cuando tuvo su transición física el pasado 7 de octubre.
En su trayectoria laboró, entre otras, como consultora, educadora y facilitadora en áreas como salud, VIH y derechos humanos en organizaciones sin fines de lucro de la sociedad civil, en oficinas y agencias de gobierno y en la empresa privada.
Su presencia se destacó en cada espacio donde trabajó, en las ciudades y países que adoptó como suyos. México y Honduras fueron de los que la acogieron como hogar.
Mirka nos deja su desprendimiento, el sentido de responsabilidad con que compartía conocimientos y contactos, porque no dejaba a nadie atrás.
La reconocemos, la celebramos y su ternura (fundamental en los movimientos sociales) estará presente en este camino por la equidad para todas y todos.
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Olga Orraca Paredes
A mi hija Mayor….
Mirka vivió intensamente. En su persona se recogían diversas expresiones: el drama, la pasión, el coraje, la duda, la seguridad unida al atrevimiento, la diplomacia y la irreverencia, el sentido del deber y el humor como medicina para muchos males.
Ser la madre de Mirka fue un reto por su energía, inquietud, por ese deseo constante de lanzarse a nuevas y demandantes batallas. Todos sus actos me llenaron de orgullo porque enfrentó, tanto el éxito como la derrota en asuntos profesionales, personales y del corazón desde un buen lugar, buscando aprender y mejorar como ser humano. Me dio muchos dolores de cabeza pero nunca dolor de corazón.
Aún recuerdo a sus 17 años verla caminar hacia la terminal en el aeropuerto que la llevaría a sus estudios en Harvard. Lejos estaba yo de pensar que era un viaje sin boleto de regreso, ya que pasó el resto de su vida adulta en lugares lejanos. Por sus ojos e historias viajé medio mundo.
Este año en especial fue uno que la sentimos genuinamente realizada y feliz. Pero como buena rebelde, en el orden natural de la vida, me robó el turno. Por siempre diré que Ser su mamá ha sido un privilegio, un honor y una aventura espectacular.
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Inés Belén
Ella esperó que yo llegara
Mirka Joan llega a mi vida en la despedida del año 2012. Yo estaba tocando en la Fiesta del 30, un encuentro anual que celebra hace décadas nuestra comunidad de amigas lesbianas. La vi desde la tarima donde estábamos y enseguida la quería conocer. Meses más tarde nos dimos cuenta que nos habíamos cruzado hacía 18 años, pero sin duda este año fue diferente. Desde que la vi entrar, nuestras energías se unieron, nuestro amor comenzó.
Desde el inicio todo fue intenso, ambas vivíamos momentos emocionales profundos y cambios drásticos. El amor se fue manifestando y nuestras vidas comenzaron a unirse mientras cada una comenzaba a cuidar y apoyar a la otra en nuestros procesos individuales. Podría decir que este ir y venir de cuidados, respeto, conocernos, amarnos, duró dos años. Nunca nos separamos. Siempre estuvimos pendiente la una de la otra. Crecimos y sanamos, y ahí llega su oportunidad de trabajo en ONUSIDA. Fui conociendo su labor humanitaria desde el principio, pero nunca imaginé la magnitud del alcance de esa inmensa red que Mirka había tejido a través del mundo.
El puesto como Directora Inter País con ONUSIDA la llevó a residir en Honduras. Nuestra relación se topó con la distancia pero eso no amilanó el amor y contra viento y marea fuimos fortaleciendo nuestra relación. Entonces es cuando me ofrece matrimonio y en un proceso algo inusual, firmamos y notarizamos nuestra licencia de matrimonio, una en Honduras la otra en Puerto Rico. Al fin nos vimos, dos semanas después en Miami donde se terminan los trámites y al fin Mirka era mi esposa.
Nuestras vidas continuaron a distancia con maravillosos encuentros en Puerto Rico, Honduras, Boston, New Hampshire y Nueva York. Cada reunión fue una luna de miel. Tanto amor. Nuestra felicidad se iba expandiendo, creciendo, fortaleciendo con cada encuentro.
Ese 1 de octubre llegue a Tegucigalpa, como tantas otras veces. Todo lucía normal. Mirka iba recuperándose de unos episodios de fiebre que tuvo días antes. La vi, como siempre, guapa, de hecho, más guapa que nunca. El 2 de octubre se manifiesta su cuerpo y Mirka se debilita más y más hasta que luego de ir y venir nos despedimos el martes 7 de octubre en Fort Lauderdale, Florida. El mismo estado donde nueve meses atrás nos juramos amor eterno en la ceremonia más íntima y hermosa.
Ella esperó que yo llegara. Siempre me decía que le había salvado la vida y yo le decía que ella a mí. La acompañé hasta el final y ella me acompañará hasta mi final cuando desde la tarima ella me verá entrar.
Te amo siempre,
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Blanqui
Personas de carne y hueso
Tenemos que confesar que los vínculos internacionales de la mayoría de los movimientos sociales en Puerto Rico son muy limitados. De esta manera quedamos muchas veces con una visión limitada de las luchas sociales. Uno de los grandes aportes de Mirka Negroni fue su visión regional sobre la situación de los derechos de las comunidades glbti.
A finales de la década del noventa, cuando se recrudeció en la Isla la lucha en favor de la descriminalización de las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo, Mirka, boricua de pura cepa, servía en una organización regional y desde allí aportó enlaces con otros grupos de América Latina. Esto nos colocó a dialogar con otros desde nuestra perspectiva, nos dio identidad nacional con una capacidad de mirar más allá de lo insular.
Mirka es una mujer puente, de esas personas esenciales que sin hacer mucho alboroto nos ayudan a vincularnos y a conectarnos. Es esa capacidad de conectarnos y crear alianzas la que asegura las victorias de los movimientos sociales.
Por si fuera poco, Mirka nunca olvidó que tras las luchas hay personas reales de carne y hueso, por lo que no era raro recibir una llamada de ella simple y sencillamente para saber cómo una estaba. Esa sensibilidad que la caracterizaba nos ayudó a muchas a seguir adelante y a confiar que las luchas por los derechos humanos y el bienestar de las gentes continúan más allá de nuestras capacidades.
Querida Mirka, gracias por tu perseverancia, por tu visión y tu sensibilidad; ciertamente eres una vereda a seguir.
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Reverenda Margarita Sánchez de León, Obispa de las Iglesias de la Comunidad Metropolitana, reside en México
Mirka será por siempre mi inspiración
Comenzamos nuestra amistad hace casi 30 años durante nuestro tiempo en Boston.
Veinte años después nos reunimos una vez más trabajando por el progreso de la comunidad LGBT. Desde la primera Marcha lésbica en México hasta nuestro último encuentro en Tegucigalpa, Mirka fue un ejemplo de activismo, globalidad y hermandad.
¡Su trabajo en América Latina, nuestra relación en fe y activismo creció y continuará creciendo gracias a la fortaleza de nuestra memoria, individual y colectiva!
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Lisbeth Melendez, activista, Boricua en la diáspora
¡Mirka Negroni! la palabra que mejor te describe “PASIÓN” y el color que te dibuja “PÚRPURA”.
Desde los años noventa, compartimos en numerosos eventos de activistas por la Organización LLEGÓ. Su liderazgo reflejaba pasión y compromiso en bien del fortalecimiento de la comunidad LGBT, y gran habilidad de defensa y cabildeo simultáneo, en inglés y en español, que sabiamente navegaba a través del sistema anglosajón.
Micrófono o no micrófono (que no le hacía falta) su voz era escuchada, sus convicciones eran respaldadas por experiencia y sensibilidad hacia el multiculturalismo latinoamericano. Su presencia dejó marca en muchos Encuentros de activistas de Estados Unidos, el Caribe y Latinoamérica.
Eres recordada; despertando a las mujeres en “Alma de Mujer” en Texas al ruido de dos tapas de cacerolas, interpretando “La Macorina” en la fiesta de comadres en Tijuana, México y ofreciéndome un ron con coca-cola en el Encuentro Feminista de la República Dominicana.
¡Siempre VIVA! Líderes que sellan por siempre la historia LGBT.
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Silvia Evans, boliviana residente en Estados Unidos, activista de mucho tiempo, fue organizadora de los Encuentros Nacionales e Internacionales de LLEGÓ*.
*LLEGÓ – National Latina/o Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender Organization
Mi amistad con Mirka
Conocí a Mirka en 1986 cuando llegué como prepa a Cambridge, Massachusetts. Ella era una de las líderes de La O, la Organización Estudiantil Boricua de Harvard-Radcliffe, un grupo que lograba lo impensable: que puertorriqueñxs de aquí y de allá de trasfondos radicalmente diferentes se entendieran y divirtieran juntxs. Luego la vi en San Francisco cuando trabajaba en IGLHRC, el International Gay and Lesbian Human Rights Commission. En los 2000 la empecé a ver mucho en México y siempre íbamos a las marchas de orgullo LGBT. Fuimos juntos a la boda de mi hermana Michele en el Puerto de Veracruz. La vi por última vez con su esposa Blanca Rosa Rovira Burset en Casa Ruth en Río Piedras, cuando Mirka conoció a Lola von Miramar y luego en el Congreso de Literatura Queer, durante este año.
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Larry La Fountain-Stokes, académico, escritor, performero, Boricua en la diáspora
El mejor canto de vida
Conocí a Mirka en el pueblito mexicano de Tepoztlán, donde hizo de su corazón mi hogar durante un viaje que realicé por América Latina de 1998 a 2000.
Reconectamos en Puerto Rico durante las tocatas navideñas de 2012 y luego en una reunión de amigas interesadas en hacer música todo el año. Allí, con su sabiduría de siglos, Mirka ayudó a sintetizar nuestras ideas y emociones para dar vida a lo que hoy llamamos Las Atípicas.
Gracias a la clave musical y humana de Mirka, las atípicas comprendimos que la risa y la solidaridad son el mejor canto a la vida, y que la muerte, si existe, no es más fuerte que el amor.
Estoy convencida de que Mirka regresó a vivir a Puerto Rico en busca del último abrazo de su tierra. En el caso de Las Atípicas, el abrazo hecho canción.
Mirka, querida, sabes que una vez atípica, para siempre atípica. Vives y bailas en nuestro corazón.
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Lilliam Irizarry, Las Atípicas
Mi corazón siente tu ausencia
Mi corazón siente tu ausencia a través de las millas.
Siempre te recordaré como mi “travel buddy” compartiendo habitaciones en diferentes sitios, pero el motivo siempre el mismo, trabajando para la comunidad reunión tras reunión de la junta directiva de LLEGÓ que nos trajo a conocer.
Compartiendo hábitos como el de cantar por las mañanas, “Despierta. Despierta Claudia,” eras mi sol interceptando mi sueño y brillante como una sonrisa desde muy temprano. No importaba el cansancio ni faltaba el café, tú me levantabas mis ánimos, me animabas a ser una mujer segura y capaz de representar a mi comunidad a nivel nacional.
Una mañana, joven me conociste y una nochevieja, después de muchos años te encontré bajo una luna, noche llena de música y sonrisas que estrellaban el cielo y las miradas seductoras de mujeres, lesbianas latinas sudando por el calor de mujeres.
Hacía tanto tiempo que no habíamos hablado, compartido historias y aprendido una de la otra, yo más de ti pues siempre me sentí una aprendiz atrapada en tu revoltura de ideas que se agarraban de mi cerebro.
Mi corazón siente tu ausencia.
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Claudia Rodríguez, escritora, activista, Los Ángeles, California