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De un pájaro lxs dos patas: junte de pajarerías poéticas entre República Dominicana y Puerto Rico |
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Larry La Fountain hablando durante De un pájaro lxs dos patas: junte de pajarerías poéticas entre República Dominicana y Puerto Rico. FOTO: Cortesía Ramón Rivera-Servera. |
VIDEO:
https://www.facebook.com/cirqpr/videos/1570703003108092/
Larry La Fountain-Stokes
27 de mayo de 2020
Muchas gracias a
Celiany Rivera Velázquez y a
Heriberto Ramirez de
Circuito Queer Puerto Rico y a
IURA (República Dominicana) y a
Isabel Spencer por la invitación a participar en De un pájaro lxs dos patas: junte de pajarerías poéticas entre República Dominicana y Puerto Rico, un junte histórico trazando puentes entre las dos naciones caribeñas, que se dio el 27 de mayo de 2020 por Zoom y Facebook Live en el contexto del aislamiento social causado por la crisis de salud global. Gracias también a les intérpretes de señas Joel Mercado y Luis Zayas, quienes interpretaron toda la noche. El evento contó con la participación de cinco poetas de la República Dominicana (
Johan Mijail,
Luis Graham Castillo, Agatha J. Brooks,
Michelle Ricardo y
Jaris Guerrero) y cinco de Puerto Rico (
Raquel Salas Rivera,
Gaddiel Francisco Ruiz Rivera,
María José,
Helen Ceballos y
Yolanda Arroyo Pizarro). También hubo música por
Lizbeth Román (Puerto Rico) y por Eddy Nuñez (
El Gran Poder de Diosa, República Dominicana).
En estos momentos de pandemia, de coronavirus, de COVID-19 y de tantas muertes, sufrimiento y retos, es bueno parar y pensar de la fragilidad y majestuosidad de los animales, de nosotres les seres humanes, de los pájaros y los patos, las pájaras y las patas, les pájares y les pates. En el Caribe, estos términos zoológicos, nombres de animales, se convierten en metáforas para hablar de la transgresión de género y sexualidad. Se vuelven insultos, pero también se recuperan y transforman. Lo que ofende se vuelve lo que nos identifica. Para algunes, hay demasiado dolor y ofensa. Algunes prefieren no usar estas palabras de esta manera. Hay personas muy afectadas y marcadas por la experiencia de estos insultos tan fuertes. Para esas personas, lo mejor es rechazar los términos y las injurias, simplemente no usar estas metáforas animales que nos bestializan en referencia a la homosexualidad o lo LGBT. Esas personas muchas veces prefieren palabras nuevas o modernas que tienen otras historias, que circulan a nivel internacional, como homosexual, lesbiana, gay, trans, transgénero, bisexual, cuir o queer. Sin embargo, para algunes (otres), está bien usar múltiples palabras. Hay personas que se sienten cómodas moviéndose entre todo ese vocabulario.
Muchos activistas, artistas, escritores y poetas se han dedicado a transformar el lenguaje, a retar la lengua y a invitarnos a repensar los significados y los usos de estas palabras. Esto pasa de múltiples maneras y con distintas intensiones, no sólo en relación al género y a la sexualidad. El lenguaje está vivo y se transforma socialmente. En Cuba y en República Dominicana, las palabras “pájaro” y “pájara” se usan como insulto en contra de personas LGBT o queer, contra mujeres masculinas y hombres afeminados y contra personas que se aman entre sí en contra de los valores dominantes. En Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, “pato” y “pata” tienen el mismo significado despectivo que “pájaro” y “pájara” en Cuba y República Dominicana. En el mundo de habla hispana, “tener plumas” es señal de afeminamiento, de ser maricón. Pero el lenguaje, como mencioné, vive y hasta los peores insultos se pueden transformar o resignificar. El contexto en el que usamos el idioma marca el significado o impacto de una palabra.
Muchos artistas y activistas se han dado cuenta de este poder de la palabra—el poder de la metáfora y de su transformación—por ejemplo, cuando transforman el cuento “El patito feo” del escritor danés Hans Christian Andersen, que era homosexual, algo que muchas personas no saben. Cuando les leemos a les niñes el cuento de “El patito feo”, muchas personas no están conscientes de la biografía de ese autor dinamarqués y cómo el cuento de “El patito feo” en muchas maneras es una metáfora de esa exclusión que nosotres sentimos como personas marginadas. Ya en los años treinta del siglo pasado, el escritor puertorriqueño Alfredo Collado Martell ofrecía su propia versión modernista y decadente que él tituló “La última aventura del Patito feo”. En esta versión de los años treinta, el modernismo ya le da un toque distinto al cuento de hadas. Su sobrino
Alfredo Villanueva Collado se inspira en su tío Nenito y publica un libro de poesía titulado
Pato salvaje en 1991, en plena época del sida. Y la escritora puertorriqueña
Frances Negron-Muntaner le cambia el género a la protagonista en su cuento “La patita fea” de 1999, convirtiendo el cuento en una parábola sobre la degradación ambiental y la lesbofobia.
Como pueden ver, en Puerto Rico estas transformaciones queer o alternativas de “El patito feo” han sido un espacio bien vital. Los patos y las patas florecen en la literatura puertorriqueña, que es la que yo mejor conozco, desde
La patografía de Ángel Lozada de 1998 hasta mi propio libro
Abolición del pato de 2013, en el que me pregunto, ¿qué será eso de abolir el pato? A veces, los patos se convierten en cisnes, como en el cuento de
Alexandra Pagán titulado “El cisne”, que ganó un premio en 2001. Y a su vez, en su crónica “Mejor puta que pata”, la dominicana Lissette Norman afirma su patería en el libro
Divagaciones bajo la luna/Musing Under the Moon (2006), una antología dominicana lésbica extraordinaria editada en Santo Domingo por Jacqueline Jiménez Polanco.
Los pájaros poéticos también tienen su historia, desde Pájaros de la playa (1993) del novelista cubano Severo Sarduy, que trata sobre el sida (su último libro), hasta la transgresión de género femenina de la colombiana Albalucía Ángel en su novela Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón (1975). Mi pajarería poética favorita es la que el poeta puertorriqueño Manuel Ramos Otero ofrece en su libro Invitación al polvo de 1991, en la que toma libre vuelo inspirado por un poema de la puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió, a quien muchos conocen por sus versos patrióticos. En su poema “A Cuba” de 1893, publicado en Mi libro de Cuba, Tió escribe:
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas,
reciben flores o balas
sobre el mismo corazón…
¡Qué mucho si en la ilusión
que mil tintes arrebola,
sueña la musa de Lola
con ferviente fantasía,
de esta tierra y de la mía
hacer una patria sola!
Los deseos políticos revolucionarios de Lola Rodríguez de Tió expresados en su poema “A Cuba” se convierten en sexo y sudor en la obra de Manuel Ramos Otero, en la que el poeta boricua proclama:
Cuba y Puerto Rico son
las dos efímeras alas del ángel del amor.
Cuba y Puerto Rico son
dos hombres sudorosos exilados al sol.
Cuba es todo niñez
todo sueño de lo que ya no es.
Puerto Rico es el barco siempre anclado
al revés.
Cuba y Puerto Rico son sin ser:
ciudad de la calle abajo
del borracho madrugado
abrazado y malherido de las voces
que en delirio condenan todo su paso,
la libertad que al ocaso
resplandece en cada cirio.
Cuba ama a Puerto Rico por todo
lo que ese puerto de bahía pantanosa
quisiera dejar de ser y ese puerto
quiere a Cuba desesperado y sombrío,
como a un amante tardío.
Esta noche, en De un pájaro lxs dos patas: junte de pajarerías poéticas entre República Dominicana y Puerto Rico, dos alas distintas del mismo pájaro caribeño, oiremos múltiples versiones y reinterpretaciones de ese amor y esa experiencia de género que antes, en el pasado, no se atrevía a decir su nombre, como dijo Oscar Wilde; de pájaras y patas y otres animales maravilloses. Celebramos esta noche aquí, juntas, la vida y la muerte. Muchas gracias.
Agradecimiento especial a les auspiciadores de este evento:
Circuito Queer (CirQ), una organización que potencia las colaboraciones estratégicas entre varios emprendimientos de justicia social encabezados por líderes feministas y de la comunidad LGBTTQIA+ en Puerto Rico y el Caribe;
IURA (Individuos Unidos por el Respeto y la Armonía) de República Dominicana;
Con el verbo en la piel, un blog de sexualidad femenina, empoderamiento de la cuerpa y poesía erótica (
#verboypiel);
Mezcolanza, una plataforma cultural puertorriqueña que ocurre desde el 2013, ofreciendo un escenario abierto e itinerante para piezas cortas multi-disciplinarias;
Plataforma Eje, propuesta que apunta a ser sombrilla para diversos proyectos artísticos, culturales, sociales y comunitarios;
El Hangar en Santurce, un espacio comunitario y artístico en San Juan, Puerto Rico, que utiliza el arte como herramienta educativa;
Pública, un espacio cultural colaborativo localizado en la comunidad de Alto del Cabro de Santurce, Puerto Rico;
Afritude Laboratorio Creativo Político, un espacio de co-aprendizaje/reflexión/producción de pensamiento político y expresiones artísticas por la justicia social de las personas LBTQ afrodescendientes de la isla (República Dominicana);
Catinga Ediciones, un proyecto editorial independiente nuevo con base en República Dominicana que se propone publicar y hacer circular en formato impreso y digital trabajos escriturales de personas negras y afrodescendientes de la comunidad LGBTQI+; y
Sin Binario, un proyecto audiovisual que hace películas no binarias, historias de placer queer caribeño, filmaciones artística, dirección creativa, y funciona como estudio de producción erótica en Puerto Rico.
Para más información sobre algunos de los textos puertorriqueños, ver el artículo de Lawrence La Fountain-Stokes, “Queer Ducks, Puerto Rican Patos, and Jewish American Feygelekh: Birds and the Cultural Representation of Homosexuality”, publicado en
CENTRO: Journal of the Center for Puerto Rican Studies 19, no. 1 (Spring 2007): 192-229.
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