Anfitriona:
Samantha Love
Conexión
Cinco (http://www.conexioncinco.com)
10 de
Julio de 2013
Entrevista
con Larry La Fountain-Stokes
En Honor A La Verdad es un nuevo programa radial que se trasmite por www.conexioncinco.com todos los miércoles a las 9 p.m. Sus anfitrionas son Samantha Love & Meryland Cuevas. Cada semana tienen diversos invitados, formando un panel de voces de la comunidad LGBTT. Este programa promete traer: noticias, entrevistas, y temas educativos.
Samantha entrevistó a Larry por teléfono para el programa del miércoles 10 de julio de 2013. Aquí compartimos la transcripción de la entrevista que se transmitió por Conexión Cinco.
Samantha Love (SL): ¿Se desea la abolición del pato
o es el pato mismo el que quiere abolirse? ¿Es un experimento biológico el
pato? ¿Es un desvío el pato? ¿Tiene historia o la esta haciendo? Así se llama
el libro de Larry La Fountain-Stokes, la Abolición del pato. Hoy en En Honor a la Verdad lo tenemos aquí en
línea telefónica. Lo habíamos prometido. Llevábamos dos semanas prometiéndoles
que lo íbamos a tener. Y ya por fin lo tenemos aquí. ¡Con el libro! Gracias,
Larry, por enviarme el libro, la dedicatoria está maravillosa. Bienvenido a En Honor a la Verdad. Háblanos de la Abolición del pato, ¡por favor explícamelo
con manzanas!
Larry La Fountain-Stokes (LLS): ¡Ja ja ja! Cómo no, muchísimas
gracias Samantha por la invitación. Estoy bien contento de estar aquí. Abolición del pato es un libro de
cuentos que salió en Puerto Rico con Terranova Editores hace aproximadamente
un mes. Son diez cuentos que hablan sobre la experiencia puertorriqueña gay, travesti,
sobre migraciones y personajes que están en Estados Unidos, en Puerto Rico, en
la Florida, en Nueva Jersey. La verdad es que son muchas locuras, invenciones,
historias de amor, historias de tragedia, bromas, circo, todo tipo de
experimentos raros que al pasar de los años a mí se me han ido ocurriendo. Algunos
los he montado en el teatro, por ejemplo en Casa Cruz de la Luna en San Germán.
Otros son más experimentos, como por ejemplo, pensar qué pasa si trato de
escribir un diccionario del amor, cómo sería eso. Entonces se van colando
distintas historias que tienen que ver con la experiencia puertorriqueña
contemporánea, con lo que es ser un hombre gay, con lo que es vivir en Estados
Unidos, con lo que es travestirse o ir a un show de travestis o de dragas o
interactuar con distintas personas en la comunidad, a veces en espacios muy
positivos, otras veces en espacios traumáticos o dolorosos, por ejemplo, cuando
los hombres le hacen a uno cosas terribles, o te traicionan por el amor. Cosas
así. De eso trata la Abolición del pato.
SL: Cabe mencionar que tú recibiste tu
bachillerato en artes de la Universidad de Harvard en el 1991 y tu maestría y
doctorado en la Universidad de Columbia en Nueva York en el 1999. ¡Señores,
esto no es un cuenta cuentos cualquiera! ¡Hello! (Risas de LLS.) Aquí hay un poco de sabiduría y suficiente, porque
para llegar a Harvard, ¡hello! Mis respetos, me tiro a la alfombra y me quito
el sombrero.
LLS: ¡Gracias!
SL: Pregunta que te hago, Larry, ¿en realidad el
pato quiere abolirse? O sea, ¿existe, dentro de tu imaginación, existe cierta
realidad en estos cuentos, es realidad que el pato ya abolió?
LLS: (Suspiro.)
Ay, pues esa es una de las preguntas fundamentales y en realidad la abolición
del pato tiene que ver con la abolición de la esclavitud en Puerto Rico en el
siglo diecinueve y cómo, a pesar de que se abolió y de que se terminó esa
institución tan violenta que controlaba las vidas de los afrodescendientes
puertorriqueños, pues todavía en Puerto Rico hay racismo: un racismo que
vivimos de muchas maneras distintas. Muchas veces las personas ven las luchas sobre
el racismo y el prejuicio racial como algo muy distinto a la lucha o la
experiencia de la homosexualidad. A mí, en ese cuento (“Abolición del pato”) y
en el libro, me interesaba ver cómo es que se van cruzando esas distintas
experiencias. Un ejemplo (es) dentro del reggaetón. Hay un cuento que se llama
“Júnior, reggaetón tropical”, que es precisamente sobre unos muchachos, un
cantante de reggaetón y un muchacho que le gusta el reggaetón y ellos están
bregando con su sexualidad. En el cuento “Abolición del pato”, ahí sí ya es más
sobre un personaje que está tratando de resolver su historia familiar: ¿qué
quiere decir que en tu familia hablen de la esclavitud como algo que no fue muy
problemático? Entonces, yo me puse a jugar con todo eso pero entonces (tenemos)
la gran pregunta. Como la palabra pato es una palabra tan cargada, una palabra
que muchas personas consideran ofensiva o problemática, tenemos las dos
posibilidades: si es deshacernos del pato y si nos deshacemos del pato, pues ¿qué
es lo que queda? ¿Queda el gay o el homosexual o no queda nada? O si es
precisamente imaginar un espacio donde las personas gay o LGBT están bregando
con el racismo de una manera muy directa. Y es así que vemos desde Luis Rafael Sánchez, en los años sesenta, cuando él está escribiendo cuentos como “¡Jum!” y
que aparece en la cultura popular de diferentes maneras. Yo creo que era un
poquito eso, un juego a la misma vez que es una preocupación muy seria, una
preocupación política sobre tratar de encontrar distintos espacios. También lo
que pasa es que a mí, la palabra pato, que es una palabra que a uno lo marca
tanto desde que es pequeño, que asociamos a los estigmas, pero que también se
puede recuperar o se puede bromear, un poquito como la palabra loca, que puede
ser un insulto pero que también puede ser un término que nosotros mismos
usamos. A mí me interesa mucho ese juego de las palabras.
SL: Tú que eres un catedrático de la literatura
y que hablas de la lengua, ¿estás muy pendiente a todo ese tipo de fraseo, no,
de lo que son las jergas, como se conoce en Puerto Rico?
LLS: ¡Sí, correcto!
SL: Y hablaste de un tema muy importante porque,
de hecho, en estos últimos días a mí se me ha catalogado de homofóbica porque he
utilizado varios epítetos que entre nosotros sí los usamos a diario, como por ejemplo,
mariquita. He mencionado las poncas a través de mi estatus. Yo tengo muchos
amigos que son poncas, y los quiero muchísimo, pero hay unas que pasan la raya
y pues obviamente yo no me quedo callada ante nada, todo lo fiscalizo y siempre
le estoy buscando cinco patas al gato. Pero eso no significa que yo sea
homofóbica o que yo odie un sector de mi comunidad. Entonces hablas de la
palabra del pato y dices, para muchos es ofensiva. A muchos nos marcó. Yo llevo
desde los dos años escuchando la palabra pato y yo pensaba que ser pato era
idéntico a ser igual que el Pato Donald. Entonces yo, como (esa) era la imagen del
muñequito que veía de chiquito a través de la televisión, pues yo decía, ¿por
qué me comparan con el Pato Donald o con el Pato Loco? Entonces sí, entra esa
confusión del niño, de la inocencia de que no tiene esa malicia. Y sí, de
cierta manera, nos marcó. Ahora, dentro y fuera del ambiente, ¿es permisible
seguir usando este tipo de epíteto que a todos nosotros nos marcó pero quizá
dentro de nuestro ciclo, sí nos podemos tratar de loca, de patito, esto o lo
otro, o sea de cierta manera quizá a lo mejor no tiene el mismo efecto de que
una persona heterosexual nos lo diga de manera atacante? ¿Hay una diferencia? ¿Se
puede tolerar? ¿Se debe permitir?
LLS: Yo creo que hay una diferencia bastante
marcada. Son palabras peligrosas, fascinantes, interesantes, que hay que usar
con consciencia. Hay que reconocer la historia de esas palabras, quién es que
la está diciendo, quién es uno, cual es el contexto, cual es el impacto. Yo
creo que somos responsables de reconocer que nuestras palabras pueden tener
muchos efectos. El libro es una exploración, es una invitación a hablar sobre
estas palabras, a considerar, a tal vez tratar de desestigmatizarlas. Yo no
abogo porque la gente vaya por ahí necesariamente sustituyendo el uso de
palabras más neutrales como gay, homosexual o transgénero con la palabra loca o
pato. Sí creo que es parte de nuestra riqueza lingüística, que es parte de
nuestra historia y que el contexto es lo más importante.
SL: ¿Entonces sí nos podemos sentir orgullosos
de ser patos? (Risas.)
LLS: (Risas.)
Pues mira, yo creo que sí, especialmente porque pato es algo distinto que decir
gay u homosexual o transgénero o cualquier otra cosa. Es una palabra muy
puertorriqueña, muy caribeña, que en otras partes de Latinoamérica tú la dices
y la gente no sabe de lo que tú estás hablando. Entonces, yo creo que es parte
de nuestra idiosincrasia, una idiosincrasia violenta, complicada, graciosa,
¿verdad? Yo no soy el primero o el único (que lo nota). Por ejemplo, Ángel Lozada escribió una novela que se llama La patografía. En esa novela, el protagonista, que es un nene de Mayagüez, al
final de la novela él se convierte en un patito y su tía lo cocina. Hay un
poemario de Alfredo Villanueva Collado que se llama Pato salvaje que también está imaginando un espacio de libertad y
emancipación para las personas que sienten atracción a otros del mismo sexo. La
escritora Frances Negrón-Muntaner escribió un cuento que se llama “La patita fea”, en ese caso es sobre una patita lesbiana que se tiene que ir de Puerto
Rico por la lesbofobia y está bregando con la contaminación ambiental en un
mundo donde no se respeta la naturaleza. Yo veo que somos ya muchos escritores
y artistas puertorriqueños y de otros países—porque esta palabra circula
también un poquito en República Dominicana, en Venezuela, (en Cuba)—que nos ha
interesado explorar esto como una manera distinta de hablar de la identidad y
de la sexualidad.
SL: Tú viviste en Puerto Rico, naciste en San
Juan en 1968, o sea que tienes historia. (Larry
se ríe.) Has vivido las transformaciones y los cambios que ha habido en
nuestra comunidad LGBT. Te pregunto, Larry, ¿qué cambio has visto en Puerto
Rico de tu época a la actual? ¿Hay un cambio positivo? ¿Cómo ves el ambiente? ¿Cómo
podemos comparar esa época de oro de Bachelor, de Estudio 65, donde estaba esa
boga de ser del ambiente callaíto. Ahora es distinto. ¿Cómo ves ese cambio, esa
transición? ¿Ha habido cambio? ¿Es positivo? ¿Es negativo? ¿Cuál es tu opinión?
LLS: A mí me parece que es bien interesante.
Efectivamente, como tú señalas, en Puerto Rico siempre ha habido espacios,
aunque la gente lo supiera o no lo supiera, lo discutiera o no. Definitivamente
hemos tenido cambios legales. Hemos presenciado un cambio de la visibilidad
política. Ahora hay marchas de orgullo gay, hay portavoces de la comunidad que
ocupan mucho espacio en los medios, que se comunican. Yo entiendo que hay
muchas cosas muy positivas, a pesar de que todavía hay una alta incidencia de
violencia, que es algo muy preocupante. No se ha logrado la integración social.
No se ha logrado la seguridad completa. Claro, que eso no es algo que sólo
afecte a las personas LGBT, en Puerto Rico hay violencia en contra de muchas
personas. Para mí, es importante reconocer que cada momento histórico ha tenido
sus riquezas, en los años sesenta, setenta, ochenta. El impacto del sida fue
una cosa muy terrible que afectó a muchísimas personas, todavía nos estamos
recuperando de eso. Todavía hay muchas personas que están bregando con la
enfermedad y con el riesgo de infección. Yo creo que estamos en un buen momento
en el sentido de que las cosas están cambiando y mejorando. Hay personas como
Ricky Martin o como tú misma, Samantha, que se expresan públicamente y cada día
hay más espacios para hablar de estos temas y para tratar de transformar la
sociedad puertorriqueña.
SL: Entiendes que la cosa se pone mejor.
LLS: Yo creo que sí, pero es una lucha constante.
Creo que es un proceso que no termina. Es como la abolición de la esclavitud.
La cuestión racial no se resolvió en Puerto Rico en 1873 con la abolición de la
esclavitud. En Puerto Rico todavía hay racismo más de ciento cuarenta años
después de la abolición. Es lo mismo con la homosexualidad. Es una lucha
social. Vemos que hay cambios, transformaciones, una evolución, que ya no es
igual que antes, pero tampoco es perfecto. Ninguna sociedad es perfecta.
Precisamente la sociedad, ese es su elemento clave: que siempre hay un diálogo
y una serie de tensiones y de luchas: por afirmarse, por obtener sus derechos.
Yo creo que a todo el mundo le corresponde participar activamente en contra de
la homofobia, en contra del racismo, en contra del sexismo, en contra de la
pobreza, en contra de la intolerancia. Yo me identifico como una persona
comprometida con esas luchas sociales, de justicia social. En la universidad
doy cursos sobre estos temas y en la literatura los exploro de otras maneras.
SL: Larry, se me acaba el tiempo, ¿dónde la
gente puede adquirir esta joya? Porque esto es una joya, señores. (Larry se ríe.) Esto es un clásico que yo
pienso que todos deberíamos de tener, no tan sólo en la comunidad, sino gente
que esté interesada o que tiene algún familiar gay, pato, loca, como quieran
llamarle. Yo creo que este libro es el mejor regalo para que una persona se
siete, lo lea, lo escudriñe y lo vuelva a leer por si no lo entiende. ¿Dónde
podemos conseguirlo?
LLS: En Puerto Rico ya se consigue en varias
librerías, por ejemplo en la Librería Mágica y en La Tertulia en Río Piedras y
en Libros AC en Santurce. También se consigue por el internet en Amazon.com e
inclusive a través de la misma editorial, que es TerranovaEditores.com. Ellos
lo publicaron en Puerto Rico y también lo venden.
SL: Bueno, pues ya lo saben que lo pueden
conseguir, se llama la Abolición de los
patos (sic). Entra a nuestro grupo, En Honor a la Verdad, o a través de mis
redes sociales. Yo voy a estar poniendo toda la información para que ustedes
puedan tener acceso a esta joya. De verdad, se los recomiendo. La Abolición de los patos está fabulosa. Gracias,
Larry, porque de verdad, te diste, o sea, no te botaste, tú te pelaste los
codos, la frente, las rodillas y un poquito de tu intelecto. Es una joya que
deberíamos todos de tener. Yo lo voy a estar compartiendo a través de mis redes.
¡Compren el libro, mi gente, compren el libro! Que de verdad es interesante que
ustedes lo lean. Larry yo te agradezco este espacio, espero que para tu próxima
joya escrita cuentes con nosotros y compartas de tus experiencias a través de
tus escritos porque sé que este no es el único libro, tienes varios libros por
ahí y de verdad que eres un orgullo no tan sólo de Puerto Rico sino de nuestra
comunidad LGBT. Gente como tú son dignas de aplaudirlas. Así que ¡fuerte el
aplauso para Larry! (Aplausos.) Nos
despedimos con mucho cariño. ¡Esta es tu casa! Tienes la llave aunque tengas
que entrar por la puerta de atrás. En
Honor a la Verdad.
LLS: Muchas gracias, Samantha, me da muchísimo
gusto haber estado en En Honor a la
Verdad y gracias por todo tu apoyo.
SL: Gracias a ti, corazón. Aquí tu casa cuando
quieras, la radio está a tu disposición porque para eso tenemos esta radio. Esto
es un foro para nosotros, para todo el que quiera expresarse. Gracias por
compartir.